Autora: Leah Pattem. Artículo escrito originalmente para Madrid En Acción.
El intento de acabar con él por parte del ayuntamiento de Madrid ha hecho unirse a lxs vecinxs convirtiéndolo en un hermoso acto de resistencia
La mañana del 2 de septiembre, sin previo aviso, el Ayuntamiento de Madrid arrasó el jardín vecinal de la plaza de Lavapiés (@replantamosplazalavapies en IG), alegando que se trataba de un uso ilegal del espacio público. Vigilados desde cerca por la policía municipal, los operarios del ayuntamiento se sintieron conflictuados mientras arrancaban incipientes tomateras, berenjenas, flores y un cactus de un metro de altura en un acto de vandalismo institucional.
Desde abril de este año, el vecindario de Lavapiés habían pantano y cuidado el huerto urbano a diario con sus propias plantas, herramientas y tiempo no remunerado. Carlos Márquez, fundador del Jardín Vecinal Gloria Fuertes, explica: “El Ayuntamiento de Madrid y la Junta Municipal del Distrito Centro, presidida por José Fernández, llevan tres años sin plantar, cuidar y atender el jardín. Por eso, lxs vecinxs de Lavapiés, cansados de ver el jardín lleno de basura y cacas de perro, decidieron reunirse y plantarlo ellos mismos mientras el Ayuntamiento decidía “hacer algo al respecto.”


En un barrio en el que todos los residentes viven en pisos con poco o ningún espacio al aire libre, el jardín urbano no sólo proporcionaba un mini oasis, sino que daba un sentido de pertenencia y responsabilidad colectiva por el barrio. La destrucción del jardín por parte del Ayuntamiento, sin ninguna intención clara de volver a plantarlo, fue un shock para el barrio: “Después de seis meses [en los que plantamos] todo tipo de plantas, el Ayuntamiento ha decidido arrancarlo y no poner nada en su lugar,” dijo Márquez.

El 14 de septiembre, Carlos asistió al pleno de la Junta Municipal del Distrito Centro. “Le he vuelto a pedir a José Fernández que plante, de una vez por todas, ese jardín […] Su respuesta ha sido – de mala manera – que lo que estamos haciendo es ilegal y un peligro para la salud y la higiene y han rechazado la propuesta para que el Ayuntamiento se haga cargo de ese terreno. Así que lxs vecinxs de Lavapiés seguiremos replantando esa tierra las veces que haga falta hasta que el Ayuntamiento se dé cuenta de que es su responsabilidad. Lo único que queremos es tener un barrio bonito y agradable y el jardín de Gloria Fuertes es una semilla para la transformación del barrio.”


Y eso es precisamente lo que ocurrió. El 3 de septiembre a las 11 de la mañana, menos de un día después de la retirada del jardín, decenas de vecinxs y sus niñxs llegaron con plantas en la mano y comenzaron de nuevo a replantar el jardín en un hermoso acto de resistencia.
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