Autora y fotos: Eli González
Las Kory Warmys, mujeres de oro en idioma Aymara, es un elenco de teatro boliviano conformado principalmente por mujeres comerciantes, vendedoras ambulantes y artesanas en La Paz y en El Alto que combinan sus jornadas laborales con el teatro, una profesión relativamente reciente que las apasiona bajo la dirección de la actriz y directora Érika Andia.
El Oro
Se nombran desde oro porque algunas de las actrices son supervivientes a las violencias estructurales. La mayoría han empezado en la profesión de la interpretación siendo adultas y han encontrado un tesoro en él. A esta dedicación, y ahora profesión, se suman sus dobles o triples jornadas de trabajo.
Desde sus historias, algunas como víctimas de violencia y discriminación, conforman el guion de “Dejavú el corazón siempre recuerda” la obra que han presentado en Entrevías y que invita a la reflexión sobre la rueda de la violencia con una puesta en escena sencilla y contundente que teje a la perfección drama, humor, sarcasmo, arte y reflexión.
Las mujeres de oro son muy reconocidas por su trabajo en su país, Bolivia, pero también han sido aclamadas por el Festival Iberoamericano de Heideberg por eso un elenco de 19 actrices y actores han puesto rumbo a este festival en Alemania para actuar e intercambiar su arte con varias mujeres de otros lugares.


El Elenco
El inicio de las Kory Warmis se da el año 2015 y surge como un taller de teatro para hablar y trabajar sobre las violencias que solo iba a durar cinco meses. “Pero las Kory warmis se enamoraron de hacer teatro, y el último día suplicaron que no se acabara el teatro para ellas”, relata Érika desde el escenario de Entrevías. Y así fue, en la pudiera haber sido su última actuación, fueron representantes de la alcaldía y compraron más funciones, y hubo mucho más y así el grupo ha ido forjándose el camino. “Era un sueño ser actriz, y llegué tarde, pero para los sueños no hay edad y se ha cumplido mi sueño” subraya una de las actrices desde el escenario madrileño.
De las 60 mujeres que postularon en el año 2015 quedaron 24, quienes forman parte del elenco actual con las cuales se convirtieron en un movimiento artístico y social que a través del teatro busca ayudar a que otras bolivianas puedan reflexionar e impulsar romper las sogas de las violencias.
Las historias de las kory warmis han inspirado los guiones de sus obras más famosas “Kusisita” y la que han presentado en Vallecas “Deja Vu”. María Luque una de las actrices afirmo a The Associated Press “He sufrido esta discriminación desde que nací. Mi mamá era muy humilde y salió de su pueblo escapando de la violencia. Para algunos es normal y queremos mostrar que no debe ser así”.



Inevitable visita a Vallecas
De camino al festival de teatro hispanoamericano a Alemania, el elenco deseaba pasar por España y poder actuar en Madrid dónde las kory warmis tienen un vínculo fuerta, también familiar y de amistad. El viernes pasado actuaron en Entrevías, en el Espacio Mujer Madrid (EMMA).
Las entradas se agotaron días antes de la presentación, las vecinas de Vallecas y de muchos barrios de Madrid, llenaron el teatro y acabaron de pie aplaudiendo sus testimonios y su puesta en escena.
La obra comienza con una boda que será el núcleo para hilar en una decena de escenas celos, reproches, envidias, sarcasmos, peleas y creencias tóxicas de los recién casados y los asistentes a la boda.
La obra te traslada a Bolivia, muy presente a través de costumbres, bailes y música popular que son dos personajes más de la obra.
Por otro lado, la obra busca muestra también la cultura Aymara usando la bisutería que se vende en El Alto y que suelen llevar las mujeres de origen indígena en la ciudad “las cholitas”, suenan las matracas del baile, se ven hermosas trenzan del pelo de las actrices vistiendo con sus polleras blancas y sus zapatos.


Se destaca de sus actuaciones delas Kory warmis y de los dos actores también parte, el eco que dejan los gritos de desesperación en escena, la mirada dulce de la pareja de ancianos encontrándose en la muerte, las preguntas que se hace la hija del recién matrimonio, los peleas entre caseritas, los diferentes acentos adquiridos en procesos migratorios, los bailes y la poesía.
Gumersinda, una de las actrices expresó en Aymara al público vallecano que se trata de una obra dónde quieren concientizar de todo tipo de violencias, hacía las mujeres, niñas, personas de tercera edad y varones.
Un teatro para la reflexión crítica desde el sincretismo de lo popular y la vanguardia que esperamos que vuelva de nuevo a los barrios populares de Madrid.
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